Te quedas en casa de Numerio un tiempo; pronto llegan noticias terribles y tu anfitrión te las cuenta con lágrimas en los ojos: las palabras desviadas de Arrio, un presbítero de la ciudad egipcia de Alejandría, han provocado una fuerte ruptura en el seno de la Iglesia. El compañero de ministerio de Numerio ha sido condenado en el importante Concilio que se ha llevado a cabo en la ciudad de Nicea.