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-Ya veo, ya. Declaró a los agentes que usted estaba de paso por aquella ciudad. Y por lo que sabemos, ha ido varias veces allí.

 

- Así es. Mi destino final era la capital. Quería visitar a unos viejos amigos antes de las fiestas…

 

-Cuando los agentes le preguntaron por su oficio, les respondió… -continúa Vélmez, girándose levemente sobre la silla y haciendo como que lee una de las páginas del informe. Acabará teniendo que usar gafas graduadas o de esas de vista cansada…


-Que un poco de esto y de aquello –responde el hombre, con voz tranquila-. Ya sabe, cuando uno procede de un pueblo, tiene que saber arreglárselas con lo que hay.

 

-Claro. Su padre tendría algo que ver, digo yo… -apunta el inspector: a él los pueblos, la verdad, es que… A su ex mujer sí le gustaba ir algunos veranos a algún pueblo de esos pequeños, perdidos entre las montañas, del norte del país, pero, claro, él iba un poco por obligación, ya se sabe...


- Evidentemente. Aprendí su oficio de pequeño, pero ya le digo que sé un poco de todo. Yo soy muy observador, aprendo rápido, enseño con las cosas que pasan por la vida, ¿sabe?

Para pasar a la siguiente pantalla, introduce como contraseña el nombre del personaje con el que habla Vélmez...

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